Extremistas fundamentalistas. Están por todas partes.
Yo crecí en Ohio; hay una gran película, "Camino al
cielo", dirigida y protagonizada por Robert Duval. Si de alguna forma
pudieras meterte a ti mismo dentro del filme, te darías cuenta al instante de
que no puedes voltear, mirar a alguien a los ojos y que ambos compartan un
momento en que se dan cuenta de que todo
el mundo esta absolutamente loco y fuera de lugar, en este filme. Así recuerdo
mi experiencia de crecer en Ohio, en un entorno Baptista del Sur, sin sentido
de la ironía y donde el fundamentalismo obstruye cualquier posibilidad de buscar
la autentica verdad. Obstruye la compasión... es realmente aterrador no tener
la sensación de conectar con alguien... muy aislacionista.
Esta canción se llama "Judith" que es como se llama mi
madre. Ella se quedo paralítica por un aneurisma, lo cual reforzó su fe, lo cual no esta
mal, porque era lo único que le quedaba. Pero la gente a su alrededor atraídos
por el morbo, le decían lo fuerte que era... y luego, en sus casas, hablaban a
su espalda. Es increíble la hipocresía que se respiraba.
Al principio de esta
canción maldigo a su dios. Pero no estoy maldiciendo al Dios real. Maldigo a su
dios; un dios que aísla a la gente, un dios castigador.
Génesis 1:1 "Al
principio estaba la palabra y la palabra era -Dios-...". En el texto
original arameo esa palabra era Yahvé o Jehová que significa "luz" y
"amor". Se ha torcido o cambiado por la imagen de un tipo con barba
que juzga, pero no lo es. Al principio era la palabra y la palabra era amor o
luz. Infinito, incondicional y sin juzgar. En ese momento se puede cerrar el
libro. Es una locura lo que esta pasando en el mundo, en nombre de una
religión. Los extremistas fundamentalistas están echándolo todo a perder. Si se
reunieran y se dieran cuanta que en al principio era la palabra, y la palabra
era amor... Parece un concepto bastante simple, pero parece que la gente no lo
comprende. Es curioso como dicen que el diablo mezcla las mentiras con la
verdad. Que entonces estudien a Constantino en el año 320 d.C. y verán como
mezclo las mentiras con la verdad, para hacer creer que había un tipo con barba
que juzga. Olvidándose del amor por completo, quitándola completamente de la
ecuación.